EXPRESAR ALIVIO
Sentimos alivio cuando tenemos un problema, un dolor o una sensación física desagradable, y esa situación negativa desaparece. ¡Qué alivio!, ¡menos mal!, ¡gracias a Dios! y ¡me siento aliviado! son las expresiones más habituales para expresar el alivio.
- Se me ha pasado el dolor de cabeza con el ibuprofeno. ¡Qué alivio! Me dolía un montón.
- ¡Menos mal que tu hermano ha aprobado el examen! Estaba muy preocupado pensando que a lo mejor suspendía.
- ¡Gracias a Dios que has llegado! Pensaba que te había pasado algo.
- He pasado unos días con un dolor de muelas terrible. Por fin me han sacado la muela y ahora me siento muy aliviado.
EXPRESAR ESPERANZA
Cuando estamos en una situación difícil, dolorosa o problemática, es normal que seamos optimistas y pensemos que todo va a cambiar y el problema se va a solucionar. Entonces manifestamos nuestra esperanza en que todo salga bien. Las expresiones más habituales para expresar la esperanza son las siguientes: espero que + subjuntivo, eso espero, ojalá + subjuntivo…
–Mañana me operan para quitarme una piedra del riñón.
–Espero que todo salga estupendamente y no te hagan mucho daño.
–Mi marido se ha desmayado. Le voy a llevar a urgencias.
–Ojalá que no sea nada.
–Eso espero.
EXPRESAR DECEPCIÓN Y RESIGNACIÓN
La decepción es un sentimiento que experimentamos cuando, después de haber tenido esperanza en que algo salga bien, termina saliendo mal.
Estas son las expresiones más habituales para mostrar la decepción:
Estoy decepcionado. Estoy desilusionado. ¡Qué decepción! ¡Qué desilusión! ¡Qué rabia!
- Estaba segura de que había conseguido el trabajo y me han llamado para decirme que finalmente no me van a coger. ¡Qué decepción!
- Después de correr tanto para llegar a tiempo al teatro, hemos llegado tarde y no nos han dejado entrar. ¡Qué rabia!
- Me has decepcionado. Me dijiste que estudiarías de verdad y aprobarías todas las asignaturas y no has aprobado ni una.
–Siento mucho decirte que no vas a poder venir conmigo a Dublín. Me han dicho que no podemos llevar acompañantes.
–¡Qué desilusión! Ya me había hecho a la idea.
La resignación es el sentimiento que tenemos cuando una situación negativa no tiene solución. Cuando la asumimos porque no tenemos más remedio. A continuación te mostramos las expresiones más típicas para mostrar este sentimiento:
Estoy resignado. No tiene solución. No tiene arreglo. No hay nada que hacer. ¡Qué le vamos a hacer!
–¿Qué tal está tu padre?
–Con el alzhéimer cada día está peor. Ya no me reconoce.
–¡Qué le vamos a hacer! Ya sabes que esta enfermedad no tiene arreglo.
–Ya lo sé. Estoy resignado.
EXPRESAR SENSACIONES FÍSICAS
Para intensificar las sensaciones físicas que tenemos, utilizamos los adjetivos horrible, tremendo y espantoso, y usamos una expresión característica.
- Tengo un hambre espantosa.
- Tengo un frío horrible.
- Tengo una sed tremenda.
- Tengo un calor espantoso.
- Tengo un dolor horrible. No lo puedo soportar.
Si en lugar de referirnos al momento puntual nos referimos a una situación general, usamos el verbo pasar.
- Con este régimen bajo en calorías paso mucha hambre.
- Los días de exámenes me voy a la biblioteca y estudio hasta las dos o las tres de la mañana. Estudio mucho, pero paso un sueño espantoso.
Las expresiones con los intensificadores qué y cómo son también muy habituales.
- ¡Qué sed!
- ¡Qué cansancio!
- ¡Qué cansado estoy!
- ¡Qué daño!
- ¡Cómo me duele! ¡No puedo más!
EN EL MÉDICO
Cuando vamos al médico, tenemos que explicarle cómo, dónde y cuánto nos duele. Y también tenemos que decirle cuál es la causa de nuestro dolor, si es que la sabemos. Aquí tienes algunas de las expresiones más habituales.
- Me he caído y me he hecho daño en el tobillo. Tengo un dolor espantoso y no puedo apoyar el pie en el suelo.
Si tenemos un estado general de malestar solemos decir…
- No me encuentro bien.
- Me encuentro mal.
- Me siento muy mal.